Duros tiempos, pero no nos rendiremos
En Argentina se venía organizando cada año desde 1986 (si, desde el 86) un Encuentro Nacional de Mujeres.
Se lo han cargado. Ahora es Encuentro Nacional de Mujeres y Disidencias…
Suena bien eso de “disidencias” ¿verdad?
Aunque cualquiera con dos gramos de inteligencia debería preguntarse, como mínimo, ¿dependerá de lo que disientas, ¿no?
Pero el leguaje es muy poderoso. Sirve para aclarar y sirve para ocultar. Sirve para la verdad y sirve para el engaño.
Ciertamente estos modernes-progres-guays tienen detrás a los mejores spin doctors, y estos saben que para hacer tragar lo intragable hay que manipular y adulterar el lenguaje practicando las enseñanzas de 1984, la novela de George Orwell.
La cantidad de gente (sobre todo jóvenes) que oyen “disidente” y ya aceptan con benevolencia. Sin mosquearse ante el hecho probado de que esos “disidentes” son los niños mimados del sistema patriarcal-capitalista. Sin analizar que esos “disidentes”, en España, por ejemplo, gozan de privilegios legales que nadie más tiene, gozan de una ley (muy punitivista, por cierto) para ellos solitos (los gays y lesbianas solo figuran como maniobra de distracción).
¡“Pobres disidentes marginados”! con un Ministerio dedicado a su mayor honra y gloria, con el gobierno, la prensa, el dinero, el poder a sus pies… Ya quisieran otros: emigrantes, gitanas, discapacitadas, pobres, etc. gozar de una “marginalidad” tan glamurosa, tan protegida, tan privilegiada. Pero esos últimos marginados solo sirven (como los gays y lesbianas en la Ley transactivista) para disimular. Los usan como coletilla de camuflaje. Así, llega la mani del 8 de marzo y los añaden en los manifiestos, llega la hora de hacer un cartel y los ponen como adorno… Pero, llega la hora de la verdad, la de solucionar sus marginalidades y “Ahí te pudras, so fea, so mora, so gitana, so discapacitada, so pobre, so sobreexplotada, so prostituida… Apáñatelas como puedas…”.
A decir verdad, aquí las disidentes somos las feministas, las que realmente cuestionamos el sistema patriarcal. Y por eso nos atacan ferozmente de todas las formas posibles. Pregunta clave: ¿Qué se ha legislado en tres años que realmente proteja, defienda y mejore la vida de las mujeres?
aquí las disidentes somos las feministas,
Aclaremos, de paso, que no, que las mueres no somos especialmente punitivistas. Preferiríamos –y con mucho- que se atacaran las raíces de nuestros problemas: violencia, uso y abuso de nuestro cuerpo, sobreexplotación laboral, pobreza. Así, por ejemplo, preferiríamos que, de verdad, el sistema educativo se tomara en serio la educación para la igualdad (no limitándose a colgar un cartel con motivo del 8 M) y la educación afectivo-sexual… Preferiríamos que se pusiera coto a la pornografía que publicita y promueve el desprecio, la cosificación e incluso la tortura de las mujeres…
No somos especialmente punitivistas, pero ¿tenemos que aguantar que se castigue más al que mata a una rata que al que soba a una mujer que no desea?
¡Ah! ¡Que, según nos dicen, la mujer consiente! (consentir, ese dogma básico de la educación femenina). La mujer elige libremente que la penetren, la babeen, la rocíen de semen, la encierren en los puticlubs, le hagan pasar los días y las noches en rotondas y polígonos. Lo elige antes que fregar escaleras… Porque, claro, romper la lógica patriarcal-capitalista de “¿Cómo prefieres que abuse de ti?” eso no…
Ni tampoco debemos reivindicar que los principios éticos básicos han de primar sobre los deseos “libres”. Los llaman libres como si no supieran que la libertad sin igualdad no existe. Como si no supieran que tener trabajando 12 horas diarias a una persona es ilegal, aunque la persona “quiera”. Como si no supieran que “comprar” el ojo o el riñón de alguien es ilegal, aunque esa persona quiera (y claro que sí, que algunas pobres quieren).
Hablando en plata, no somos punitivistas para algunas cosas: no debe castigarse a nadie por “aceptar” ser humillado, traficado o superexplotado ni por vender o alquilar su cuerpo. Por el contrario, abogamos por el punitivismo con quienes compran, alquilan, trafican y explotan cuerpos ajenos. Somos como el Ministerio de Igualdad y el Gobierno: punitivistas en según qué. Ellos en castigar a quien cuestione que cualquiera pueda declararse mujer. Nosotras en que cualquiera pueda usar y abusar de las mujeres.
Y volviendo al Encuentro Nacional de Mujeres y Disidencias…
Las mujeres siempre hemos cargado con el cuidado de los otros.
Ahora que cuestionamos esa carga, nos echan encima esta otra: las pandas de “disidentes” privilegiados. Vuelven a decirnos que es egoísta, antiguo, cutre eso de luchar por lo nuestro. Debemos “difuminarnos”, poner en lugar preferente a esos niños mimados del sistema y aguantar que, encima, presuman de rompedores y supermaginados.
Pero las feministas argentinas no se dan por vencidas: tienen una valentía, una determinación, una fuerza, una entereza admirables…
Si las feministas españolas nos sentimos tentadas por el desánimo, mirémoslas a ellas.
Por Pilar Aguilar
Artículo original publicado en Tribuna Feminista: https://tribunafeminista.org/2023/02/duros-tiempos-pero-no-nos-rendiremos/